Bienestar Hogar

Cuándo cambiar de colchón

Encontrar un colchón nuevo puede ser un proceso frustrante y confuso. La elección de un colchón en función de la composición del material, el precio y otros factores requiere una investigación exhaustiva del producto; no es una tarea fácil, teniendo en cuenta que cientos de marcas y minoristas ofrecen colchones nuevos en línea y en tiendas físicas.

Debería considerar comprar un colchón nuevo si:

El colchón tiene más de siete años.

Muchos factores afectan la vida útil de un colchón. Algunos tipos de colchones, como los de látex y los colchones de aire, son más duraderos que otros y menos susceptibles al desgaste. Los hábitos de sueño son otra consideración, ya que un colchón que se usa noche tras noche se deteriorará más rápido que uno que se use con menos frecuencia. Sin embargo, la regla general es que debe reemplazar su colchón cada siete años, independientemente del tiempo que la cama esté cubierta por la garantía.

Te das vueltas y vueltas o te despiertas con dolores y molestias

Algunos colchones brindan un mejor soporte general que otros, independientemente de su edad. Si se despierta con dolor o comienza a desarrollar puntos de presión que no le molestaban anteriormente, entonces debería considerar reemplazar su colchón actual, incluso si es bastante nuevo.

El colchón tiene una flacidez significativa o hendiduras profundas.

Todos los colchones son propensos a hundirse en la superficie para dormir después de un uso suficiente. También se pueden desarrollar hendiduras en lugares donde los durmientes tienen concentraciones más altas de peso. La flacidez excesiva y las hendiduras profundas socavan el soporte del colchón y pueden causar incomodidad a las personas que duermen.

Tu cuerpo ha cambiado desde que compraste el colchón

El aumento o la pérdida excesiva de peso pueden cambiar la sensación de su colchón, ya que factores como la firmeza y el soporte preferidos a menudo dependen del peso corporal. Los diagnósticos médicos son otro punto a considerar, especialmente para los trastornos del sueño que afectan a determinadas personas de forma más desproporcionada. Por ejemplo, la apnea del sueño afecta principalmente a las personas que duermen boca arriba (ya que son más propensas a roncar); un colchón diseñado para personas que duermen boca arriba puede que ya no sea adecuado si el propietario ha sido diagnosticado con apnea del sueño.