ropa de cama antigua
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Datos curiosos que no conocías de la ropa de cama y su historia

La ropa de cama, ese elemento que todos usamos a diario y que nunca realmente le pones la atención que necesita. Hoy en día podemos encontrar muchísimos tipos de ropa de cama, desde sábanas, cobertores, fundas y muchos otros artículos para las habitaciones. Y también existe una variedad infinita de colores, texturas y materiales. Pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene?

El inicio de la forma de dormir del hombre

Como seguramente se lo podrán imaginar o han escuchado en algún lugar, los primeros hombres vivían en cuevas o albergues improvisados donde, por supuesto, tenían que dormir en el suelo. En estas épocas la ropa de cama usual consistía en plantas, alguna especia de cobijas creadas con ramas suaves, y en el mejor de los casos, pieles de animales que habían casado.

Conforme el tiempo pasó, se fueron aprovechando otros recursos disponibles y las técnicas fueron evolucionando. Pronto se encontrarían los primeros colchones, en los que el hombre decidió que ya no era más seguro no dormir al ras del suelo. Estos primeros colchones eran hechos de pieles de diferentes animales, que se rellenaban de pasto o plantas suaves y maleables. Las primeras técnicas para levantar el colchón del suelo fueron mecanismos con cuerdas, o montículos de arena o piedras.

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Algunos siglos más tarde, en la época de los grandes imperios egipcios y griegos, las camas tuvieron una evolución importante. Los materiales cambiaron añadiendo plumas de aves, tejidos orgánicos como el algodón, pelo de animales etc. En esta época, tener una cama o un lugar de esa clase para dormir, se consideraba un lujo exclusivo de los reyes o gobernantes, de los sacerdotes y de las clases más privilegiadas de la sociedad.

La gente que no contaba con esos recursos dormía usualmente en montículos de paja en el suelo sin mucho más con que protegerse de las inclemencias del clima y de los cambios atmosféricos. A estas alturas, pese a que ya se conocía y se aplicaba el concepto del colchón, aún estaba esto muy lejos de lo que conocemos hoy en día, sobre todo, porque se trataba de piezas desarrolladas de manera única y a pedido. No existía una producción en masa y ni a gran escala de estos elementos.

Inclusive hasta la época de los grandes reinados europeos, los colchones se consideraban un artículo de lujo que se heredaba generación tras generación y que incluso fue motivo de diversas disputas que pudieron haber culminado en muertes.

Un acercamiento a la ropa de cama de la actualidad

Durante mucho tiempo, no se encontraron esfuerzos por buscar una adaptación o una mejora particular sobre la manera de dormir y la búsqueda del confort.

No fue sino hasta que la revolución industrial trajo a la vida cotidiana elementos de producción en masa, en que se encuentran rasgos de una importancia en la investigación para mejorar la forma y el lugar donde dormir.

Cerca de finales de los años 1800 se encuentra el primer registro del invento del colchón de resortes, el cual utilizaba acero helicoidal en conjunto con una mezcla de diferentes telas y retazos de sobras de la industria textil. Sin embargo, aun no se toma en serio esta invención, o no se le dio el reconocimiento que merecía.

Cuando el nuevo siglo apareció, todo mundo parecía interesado en los nuevos inventos y comenzó a crecer una conciencia por mejorar la calidad de vida, sobre todo de aquellos adinerados. Con esta tendencia por la salud, se definieron algunas leyes de salubridad que pedía que todo el mundo tuviera la oportunidad de dormir en una plataforma levantada y con ropa de cama saludable y que no condujera al esparcimiento de enfermedades que, en aquella época, resultaron letales para una gran parte de la comunidad.

Así fue como la producción de colchones y ripa de cama encontró un auge, convirtiéndose en un negocio global y que trajo mucha inversión de grandes capitales. Para 1930, las ventas de colchones y ropa de cama ya alcanzaban los millones de dólares en estados unidos y Europa. Sin embargo, frente al gran crecimiento, la industria de la ropa de cama llegó a un punto plano, ya que la gente no cambiaba mucho su ropa de cama y mucho menos el colchón, los cuáles conservaban incluso por más de 20 años.

Los colchones modernos alcanzan la vida común

Acercándonos a los años 40’s y 50’s, los materiales más comunes eran los algodones y otros materiales orgánicos como las plumas de aves. Sin embargo, poco a poco estos materiales se fueron encareciendo y con la entrada de la II guerra mundial, comprar un colchón de esta calidad era prácticamente inalcanzable para el promedio de la sociedad.

Para cuando terminó la guerra, aparecieron las primeras marcas de alto reconocimiento en el mundo de la ropa de cama: Sealy, Spring Air, entre otros. En esta época los tamaños de los colchones también sufrieron una fuerte transformación, llevando el confort a otro nivel.

En la televisión y el radio se invitaba a las amas de casa a consentirse a ser sus propias dueñas y exigir a sus maridos lo que merecían, de ahí que los esfuerzos de marketing por llegar a este mercado en particular optarán por inventar el colchón queen size, un tamaño mucho más grande del que se veía usualmente en las tiendas. Esto condujo obviamente, a tener un concepto pensado en los reyes de la casa y sacar el tamaño que conocemos hoy en día como colchón King size.

Pronto, con la explotación del petróleo y la aparición de los materiales sintéticos, la industria del sueño también tuvo una nueva transformación. La espuma de poliuretano y la espuma de latex, abarataron los costos y se comenzaron a crear colchones para todas las clases sociales desde colchones hasta sábanas, almohadas, etc.

Derivado de esto fue que se comenzara ahora a pensar en las texturas, a promocionar los diferentes materiales, a ofrecer diferentes tipos de apoyo y de resistencia.

Lo que nos lleva hasta nuestros días, en donde podemos encontrar prácticamente un colchón para cada persona, por muy particulares que sean sus gustos o sus necesidades del descanso.